El escándalo de Volkswagen luego de que se descubriera en Estados Unidos que los coches diésel de la marca, poseían detectores que falseaban datos de emisiones contaminantes, sigue sacudiendo a la armadora en diversas partes del mundo.
Este duro golpe dado desde la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos y la Junta de Recursos del Aire de California (EPA y CARB) ya provocó incluso la renuncia de Martin Winterkorn, presidente de la firma alemana.
En el caso de la planta de Cuautlancingo los pronósticos no son menos desesperanzadores, pues ya se vislumbra una baja en la venta y exportación de vehículos.
El problema no resulta menor, pues de la armadora poblana salen 3 de los 5 modelos que la empresa admitió que llevan un mecanismo para hacer trampa en los controles de emisiones contaminantes: los Jetta, Golf y Beetle en su versión diésel.
Apenas este martes, el gobernador Rafael Moreno Valle, señaló que sostendrá una reunión con el presidente del Consejo Ejecutivo en México, Andreas Hinrichs, con el propósito de conocer el impacto real que habrá en la planta de Puebla.
Datos de la empresa indican que durante el año pasado, de esta planta salieron 475 mil vehículos, de los cuales más del 80% es decir, 380 mil se exportaron teniendo como mercado principal a Estados Unidos.
Hasta el momento, la planta de Puebla no ha emitido una postura al respecto y aunque se temen despidos, no se ha dicho nada a este respecto. Federico Ruiz Garita, vocero del sindicato de trabajadores de Volkswagen en Puebla, confirmó que hasta el momento tampoco han tenido pláticas con la empresa para tratar el tema.