Volkswagen, el mayor constructor de automóviles del mundo, junto con Toyota, admitió este domingo haber engañado a la agencia de Estados Unidos que se encarga de la protección del medio ambiente (EPA, según sus siglas en ingles), al instalar en varios modelos diésel de manera deliberada un programa informático diseñado para evitar los límites a las emisiones. Un portavoz del consorcio, que tiene su sede en Wolfsburg, señaló que la empresa había admitido el engaño antes las autoridades estadounidenses y que estaban en permanente contacto para solucionar el problema.
Poco después, el presidente de la junta ejecutiva de VW, Martin Winterkorn se vio obligado a declarar que la firma había iniciado una intensa investigación para descubrir el origen del engaño y pidió disculpas por la falta cometida, que puede convertirse en un verdadero desastre para la empresa. “Personalmente, lamento profundamente haber decepcionado a nuestros clientes y a la opinión pública”, señaló. “Los sucesos tienen para la junta ejecutiva de VW y para mi, personalmente, una prioridad absoluta”, añadió.
La Agencia de Protección del Medio Ambiente estadounidense denunció el viernes pasado que VW había manipulado un programa informático que se instaló en unos 500.000 modelos diésel de la marca Volkswagen y Audi, que fueron vendidos entre los años 2008 y 2015. Los modelos que deben ser revisados son las versiones de cuatro cilindros del Jetta, Beetle, Audi 3, Golf y Passat. Según un comunicado dado a conocer por la Agencia, estos modelos emiten hasta 40 veces más contaminantes que lo permitido. “Es una violación muy seria, es ilegal y una amenaza para la salud”, señaló el regulador.
Este anuncio llegó dos meses después de que la EPA enviara a VW un carta, fechada el 8 de julio, avisándole de que si no modificaba el sistema no le permitirían vender los nuevos modelos diésel en Estados Unidos.
Una multa de 37.500 dólares por coche vendido
El engaño diseñado por los ingenieros de Volkswagen y que fue admitido este domingo por el principal ejecutivo del consorcio puede acabar con la carrera de Winterkorn y, si no existe un acuerdo extrajudicial, el grupo alemán puede hacer frente a una multa máxima de 35.700 dólares por cada vehículo, lo que elevaría la multa que tendría que pagar VW a un total de 18.000 millones de dólares (unos 16.000 millones de euros). La más alta indemnización que ha pagado nunca una empresa alemana en Estados Unidos.
Por el momento, la EPA, cuyo departamento de supervisión dirige con mano de acero, Cynthia Giles, una licenciada de Harvard que trabajo durante años como fiscal, no ha señalado si llevara al gigante alemán ante los tribunales. En un gesto conciliatorio admitió que le corresponde a la empresa llevar a cabo un proceso destinado a reparar el sistema de escape de los automóviles.
La rama de olivo ofrecida por la jefa de EPA fue aceptado por Martin Winterkorn este domingo, quien declaró que Volkswagen no toleraría ninguna violación a las leyes de cualquier tipo. “Estamos trabajando con las autoridades competentes en forma conjunta y de manera global con el fin de esclarecer los hechos de manera rápida y transparente”, dijo Winterkorn.
La salida de Piech
Pero el principal ejecutivo de Volkswagen no tuvo palabras para explicar las razones que impulsaron al grupo a engañar a las autoridades que se encargan de proteger el medio ambiente en Estados Unidos. Este pecado volvió a revivir la lucha fraticida que vivió el consorcio en el mes de abril pasado, cuando, el expresidente del Consejo de Vigilancia de VW, Ferdinand Piëch, admitió, desde las paginas de la revista Der Spiegel que se “había distanciado de Winterkorn”, un comentario destinado a criticar la gestión del primer ejecutivo de la empresa en Estados Unidos.
¿Estaba enterado Piëch del engaño que había la empresa en Estados Unidos? La guerra acabo con la salida del patriarca de Volkswagen, pero ahora, el desastre que está viviendo el grupo alemán en Estados Unidos, puede acabar con la carrera de Martin Winterkorn. ¿Estaba enterado el actual CEO de VW de la manipulación que se llevó a cabo en los coches que se vendieron en el mercado estadounidense?.
“Todo el proceso es peligroso y su dimensión no se puede predecir”, señaló Ferdinand Dudenhöffer, quizás el mayor experto en el ramo. “Lo único cierto es que será muy caro”, añadió.
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