Científicos e investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana en Suiza consiguieron probar con éxito un dedo biónico sensible al tacto.
Este mismo equipo de trabajo presentó el año pasado una mano biónica que reconocía formas y algunas texturas, pero ahora han logrado adaptar esta tecnología a un pequeño pedazo de plástico con una superficie con distintos patrones, esto con la idea de poder identificar variantes en las superficies.
El prototipo consigue enviar hasta el antebrazo pequeños impulsos eléctricos a través de electrodos. Estos estímulos eléctricos son interpretados por el cerebro en forma de sensaciones que coinciden al 100% con las que se experimentan gracias al tacto.
Para su funcionamiento, se necesitan conectar un par de electrodos en la parte alta del antebrazo, esto hará que la persona pueda percibir texturas y hasta formas, algo que funcionó de forma exitosa en el 96% de las ocasiones, pero los investigadores mencionan que con práctica el paciente podría obtener hasta un 99% de aciertos.
Un punto importante de este desarrollo, es que en las pruebas se demostró que la actividad cerebral mientras se tocaba superficies con esta punta de dedo, fue la misma que cuando se hace con los dedos de una mano, lo que está demostrando que han dado con la clave para traer de vuelta el sentido del tacto a las personas amputadas con sólo un pequeño dispositivo.
Sus creadores creen que su invento podría empezar a distribuirse de forma comercial hacia finales de este año, y vana seguir investigando para que en varios años estén disponibles a gran escala prótesis que permitan recuperar sentidos perdidos tras accidentes.