Muchas veces los lectores me escriben con situaciones como la siguiente: “Gasto cerca de 50% de mi ingreso en alimentos. ¿Crees que es demasiado? ¿Cuánto es lo recomendable?”
La verdad es que depende mucho de la situación particular de cada quién. Si se trata de una persona que tiene un salario alto, vive solo y no cocina, parecería ser demasiado. Pero si es un padre de familia de cinco, con un ingreso modesto y limitado, quizá no sea mucho. Es más, probablemente no haya manera de gastar menos en algo tan importante como la comida.
Sólo nosotros podemos determinar si lo que gastamos en cada rubro es adecuado o no, dependiendo de nuestra situación particular pero también de lo que nos gusta hacer. Por ejemplo, si la pasión de una persona es viajar, probablemente gastará mucho más en esto que alguien que no tiene este mismo interés en la vida.
Hace algunos años le aprendí un concepto a Ramit Sethi que se llama “gasto consciente”. De acuerdo con él, mientras a uno le alcance para sus metas importantes (como el retiro) y uno no se endeude, en realidad no importa mucho cómo gastamos el dinero. Hay personas que les gusta comer bien, en restaurantes de lujo, todos los días. Yo conozco una persona que tiene en su casa una habitación exclusiva para sus zapatos: tiene cerca de 500 pares y la mayoría son de diseñador. Si su ingreso le permite comprarlos sin ninguna consecuencia ¿Está mal hacerlo? Yo digo que no.
Ahora bien, a pesar de todo ello, sí hay ciertos parámetros de gasto que vale la pena conocer y comentar:
Vivienda (renta o hipoteca). En general uno no debería gastar más de la tercera parte de lo que gana en este rubro. Es un gasto fijo, si hablamos de una hipoteca no se puede reducir incluso si disminuyen nuestros ingresos. Por eso es importante que tampoco represente un nivel demasiado alto.
Si estamos pagando renta, eventualmente sí podríamos tener cierta flexibilidad buscar una reducción al cambiarnos a un lugar más barato. Sin embargo, eso no se puede hacer siempre e involucra otros costos (por ejemplo la mudanza).
Deudas. Los “expertos” recomiendan que lo que gastamos en pagar deudas no debería exceder de 30% de nuestro ingreso mensual (40% en total considerando hipoteca).
Como límite máximo estoy de acuerdo, pero en general pienso que uno debería evitar las deudas de corto plazo porque implica comprometer el ingreso futuro. Nos disminuye la flexibilidad financiera y nuestra capacidad de ahorro.
Ahorro para el retiro. Uno debería ahorrar por lo menos 10% de lo que gana para su retiro. Como regla general no está mal, pero esto debe ser el límite inferior (lo mínimo) que uno debe considerar. No debemos aplicar esta regla a rajatabla: depende mucho de nuestra edad, si somos asalariados o trabajadores independientes, si cotizamos o no a algún régimen de seguridad social, entre muchos otros aspectos. Una persona de 50 años que no tiene un peso ahorrado para su retiro, posiblemente tenga que ahorrar un porcentaje significativo de su ingreso.
En general estas “reglas” son más bien criterios que tienen una razón de ser y que por ello nos pueden ayudar a tomar mejores decisiones financieras, siempre que los podamos poner en contexto.
Fuera de ellas, yo no creo que las personas deban buscar ajustar su gasto a ciertos parámetros que desde mi punto de vista suelen ser arbitrarios, pueden funcionar bien para ciertos niveles de ingreso y para familias “promedio” pero no son para todos. Lo más importante es tomar decisiones de gasto consciente, que se ajusten a nuestra situación y necesidades particulares.
Fuente: http://eleconomista.com.mx/