La relación entre México y Estados Unidos está siendo golpeada por las nuevas medidas en materia comercial que el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, quiere imponer; ello ha desatado el descontento de la población mexicana y, para mostrar su desaprobación, se ha acudido a boicotear a empresas estadounidenses.
Un ejemplo de estas acciones es la campaña ¡Consumidores al grito de guerra!, de la asociación civil El Poder del Consumidor, que exhorta a consumir productos nacionales en la medida de lo posible, principalmente de pequeños comercios y productores.
“Lo que hemos lanzado junto con otras organizaciones es una reacción, casi natural, diría yo, ante esta amenaza del gobierno de Estados Unidos, comercial y de retiro de inversiones: nos lleva a la necesidad de proteger la economía nacional, y el llamado es sencillo: comprar productos nacionales, elaborados en México”, dijo Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
Este exhorto, explicó Calvillo, no se trata de evitar la compra de productos elaborados en México de empresas estadounidenses, sino que va más enfocado a fortalecer la economía local; no obstante, “si las cosas se agudizan, podría llegarse al boicot (de transaccionales) en algún momento”.
“El llamado es a comprar productos elaborados en nuestro país — es decir, no comprar productos importados— siempre que se pueda. Habrá situaciones donde no hay de otra, pero cuando tengamos la posibilidad de elegir hacerlo con productos elaborados en nuestro país; hay que hacerlo”, abundó.
Los productos alimenticios son un rubro particularmente importante, consideró Calvillo. “Estamos llamando a cuidar nuestra alimentación, ayudando en este sentido a también apoyar la economía nacional, a comprar productos nacionales, alimentos frescos, en mercados locales, a pequeños comercios y productores; es el contacto mas directo con los productores”.
Estas acciones, además, ayudarían a enfrentar la epidemia de obesidad y diabetes que el país tiene. “El Tratado de Libre Comercio vino a disparar esta epidemia y a alterar y golpear más en nuestros hábitos alimenticios; esto se agudizó”.
A pesar del potencial de estas acciones, Calvillo considera que en México es algo aún insólito.
“En México no se ha probado; el año pasado en Chile, por ejemplo, se comprobó que algunos supermercados se habían coludido para aumentar el precio de ciertos productos y la reacción de los chilenos se tradujo en que no se veía a nadie en esos supermercados. Hubo un castigo muy fuerte”, agregó.
¿Nos estamos poniendo el pie?
Una preocupación que varias personas han externado radica en que el boicot a empresas estadounidenses afecte los empleos que éstas generan en México.
“Tiene que haber consecuencias indeseadas, que sí se puede afectar a trabajadores nacionales: estas empresas son franquicias, es decir, quien invirtió fue un mexicano, pero parte de ese dinero a través de la franquicia se está yendo afuera”, dijo Calvillo.
Al respecto, el director de El Poder del Consumidor consideró esto una especie de mal necesario.
“Esperaría que los consumidores empiecen a reaccionar de manera solidaria, decir: ‘Si voy a gastar, aunque este producto mexicano me cuesta un poco más, sé que el dinero se queda aquí’. Se tiene que generar esa conciencia”.
Ante esto, otro ejemplo del enfoque desde el que se podría orquestar un boicot como consumidores viene de la mano de la Democratic Coalition Against Trump en Estados Unidos, una asociación que optó por confrontar al presidente Donald Trump buscando afectar sus ganancias como empresario.
Mediante la aplicación Boycott Trump (descargable para iOS y Android), la premisa de la asociación es simple: enlistar las empresas a través de las cuales Trump obtiene ganancias, ya sea de manera directa o indirecta, y evitar consumir cualquier producto proveniente de éstas.
La aplicación ordena alfabéticamente a las empresas que mantienen un vínculo con el presidente estadounidense y explica de qué manera están relacionadas con él.
Aunque la mayoría de estas empresas tiene presencia en Estados Unidos, algunas como Nike, Gucci y Starbucks (que están enlistadas por tener tiendas en la Torre Trump) también se encuentran en México.
“Nuestra economía se ha enfocado mucho a vincularse con los Estados Unidos; no hay que subestimar lo que él puede hacer en términos de generar una crisis económica, pero hay una parte que depende de nosotros”, concluyó Calvillo.