El Economista reporta que las pirámides financieras resurgieron a principios del 2016 en México bajo el esquema de la Flor de la Abundancia, detectada primero en Nuevo León y que luego saltó a Coahuila, afirma Mario Di Costanzo, titular de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Sin embargo, de abril a la fecha, aparecieron más esquemas con diferentes nombres en Morelos, Hidalgo y la Ciudad de México. Con ayuda de herramientas tecnológicas como WhatsApp, Facebook, YouTube y Zoom, las pirámides se expanden vertiginosamente, principalmente entre grupos de mujeres.
No obstante, todas son lo mismo, y tarde o temprano terminarán en un fraude porque son un modelo insostenible.
“Los esquemas de Ponzi y las pirámides financieras son estafas. Se trata de mecanismos en los cuales las ganancias que obtienen los primeros inversionistas provienen de los recursos que son aportados por nuevos clientes”, afirma el Banco de México en un documento educativo básico del sector financiero.
Actualmente, los montos supuestamente invertidos van desde 3,000 hasta 27,000 pesos, de acuerdo con la Condusef.
Yoga y empoderamiento
A Marian la invitó una de sus maestras de yoga a entrar a un círculo de empoderamiento de mujeres. Quienes practican yoga saben que es común ir a talleres de diferentes temáticas en uno y otro punto de la ciudad. Pensó que se trataba de algo parecido y aceptó.
Enseguida, Marian fue agregada a un chat de WhatsApp con más mujeres, donde de entrada le sacó de onda que todas la saludaran con gran familiaridad e imágenes que contenían su nombre: “¡Bienvenida Marian!”.
Después se enteró del negocio. Se trataba de un esquema conocido como Telar de Mujeres, en el cual prosperarían juntas. Cada una tenía que aportar 24,000 pesos y meter a dos mujeres más, y ellas a su vez a dos más, y así sucesivamente hasta llegar al centro del telar. En total, hay 15 personas involucradas para que la del centro reciba 192,000 pesos y salga de la estructura.
El Telar de Mujeres también puede llamarse Mandala, Tejedoras de Sueños, Células de Gratitud, Bolas Solidarias, Círculo de la Prosperidad, Rueda de la Amistad o Flor de la Abundancia, entre otros nombres. Todas son lo mismo: pirámides o fraudes en potencia.
Filosóficamente, la pirámide funciona utilizando conceptos como el de la energía femenina, el alma, la fe, la abundancia, regalo, prosperidad, gratitud, hermoso movimiento, empoderamiento femenino, mujeres medicina, etcétera.
Por lo anterior, no es de extrañar que estas pirámides crezcan rápidamente entre las practicantes yoguis, pero también en otros grupos donde predominan las mujeres, como en gimnasios, cursos, escuelas, etcétera.
Y considerando que datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2012 revelan que 43% de la población mexicana utiliza mecanismos de ahorro no formales, como las tandas o guardar el dinero en efectivo, estas pirámides han encontrado un nicho muy específico, ofreciendo a sus seguidores ganancias fáciles y rápidas.
Todo en una semana
Al tercer día de haber sigo agregada al telar, Marian comenzó a recibir mensajes fuera del chat de las demás integrantes: “Anímate, juntas creceremos”, “Ve consiguiendo tus fuegos para estar preparada cuando te toque”, “Amiga, ¿cómo vas con tus fuegos?”. Presión que le dio desconfianza, porque gente que no conocía ahora tenía acceso a su número telefónico.
Los fuegos, o nuevas integrantes, debían conseguirse en una semana, porque la meta es que cada semana alguien debe recibir 192,000 pesos.
Marian asistió a reuniones a las que se sintió comprometida a ir, por las amigas que la invitaron. Eran, generalmente, reuniones en departamentos grandes, ubicados en varias partes de la ciudad, donde llegaban decenas de mujeres. En Coyoacán, en la Nápoles. En ellos las mujeres más empoderadas, ataviadas con túnicas y con grandes japa mala o rosarios tibetanos, trataban de infundirles confianza y de convencerlas del maravilloso movimiento en que estaban participando. Las reuniones eran transmitidas por Zoom para quienes no pudieran asistir de forma presencial.
Incluso, les daban consejos de cómo ser cuidadosas con el proceso, de cómo “enganchar” a más gente o de cómo administrar el dinero recibido del telar o telares en que estuvieran participando. Las instrucciones eran precisas: no decirle a los maridos o novios, no realizar gastos ostentosos, no comprar autos de la noche a la mañana y cosas que levanten suspicacias, convencer a más mujeres.
Como Marian no contaba con el dinero, una de las participantes del chat le ofreció financiarla para que cuando Marian cobrara sus 192,000 se los pagara.
“Las personas que participan en dicho esquema y que no cuentan con el dinero requerido son financiadas por aquellos que se encuentran en la cima, con la condición de que al momento de recibir su dinero lo paguen al doble... Además, cada participante debe dejar un regalo en efectivo al organizador, por la misma cantidad aportada”, coincide la Condusef.
El costo de decir no
Finalmente, Marian aceptó y fue citada a una reunión más en Nezahualcóyotl, a la cual finalmente no fue. “Me dio miedo endeudarme. Finalmente el dinero que iba a aportar no era mío”. Decidió no asistir y dar las gracias.
Allí fue cuando la buena vibra del chat se convirtió en ataques y ofensas. Fue acusada de irresponsable, de no tener honor, palabra, de afectar alevosamente al grupo, de ser egoísta, inmadura, de ser incapaz de soltar algo como el dinero, etcétera. Ahora sus amigas yoguis dejaron de hablarle.
“Las mujeres que entran ahí enloquecen. Se pierden, se obsesionan por conseguir el dinero”, afirma Marian.
El final de Marian fue, dentro de lo que cabe, feliz. Sin embargo no todos los casos resultan así; la historia de Eva terminó diferente.
Eva es otra chica que vivió todo el proceso igual que Marian, pero ella fue contactada por una compañera de su trabajo. Entregó 24,000 pesos, los cuales obtuvo en varios préstamos y por los cuales pagará intereses.
Eva invitó a una amiga a las reuniones y ésta la convenció de que era un fraude. Tuvo miedo y pidió a las Tejedoras de Sueños que le devolvieran su dinero. Allí empezaron las presiones, insultos y amenazas. Finalmente le fue devuelta la mitad de su dinero, 12,000 pesos. Y no sabe si alguna vez verá el resto.
Las pirámides, al no ser entidades reguladas, no están bajo los alcances de la Condusef , y las personas defraudadas no pueden ser defendidas por el organismo.
“Para que estos sistemas se mantengan, requieren seguir captando dinero de nuevos inversionistas, hasta llegar un momento en que se vuelven insostenibles y, al romperse la cadena, terminan en la disolución del esquema antes de que las personas que ya aportaron su dinero puedan recuperarlo”, alertó la Condusef.
Y ante ello, sugirió invertir el dinero en instituciones financieras reguladas “y así evitar caer en situaciones de riesgo, en donde podrías perder tu capital”.
Telares no es lo mismo que multinivel
Los esquemas de muchas empresas se pueden confundir con los multinivel. Para identificar un programa seguro, considere que éste:
Le pertenezca a una empresa seria y con experiencia.
Genera ganancia por la venta de un producto, el cual tiene un catálogo de venta amplio.
Produzca ganancia desde el primer nivel y, conforme va avanzando, gana más.
No condicione los pagos a que siga metiendo gente al esquema del trabajo.
Tenga casos de éxito, no sólo de las personas que están en la empresa, sino de la empresa como tal.
Fuente: http://eleconomista.com.mx/finanzas-personales/2016/05/23/ligar-filosofia-yogui-lo-nuevo-piramides