En su gasolinera de Houston, Pemex vende la gasolina a siete pesos. Lo publicó EL FINANCIERO la semana pasada. ¿Por qué tan barata allá? La respuesta simple es porque allá sí hay un mercado y aquí hasta el momento sólo hay un proveedor: Pemex.
Pero esto requiere un mejor análisis.
Paso 1. Primero, una ilusión: para el gobierno, todos los clientes de gasolina de Pemex, encabezada por Emilio Lozoya, están en Houston o muy cerca de ahí. Incluso los del DF o los de Yucatán. Por supuesto, también los de la nueva gasolinera que ubicó precisamente en esa ciudad texana.
Vamos, el asunto está escrito en ley: la referencia para fijar precios aquí, está en la Costa del Golfo de Estados Unidos.
¿Por qué? Porque en México, en ausencia de uno propio, tomamos como referencia un mercado importante cercano del cual importamos gasolina y eso nos permite imaginar cuánto costaría la gasolina acá, más o menos.
Paso 2. La maña. Es justamente en el “más o menos” en donde está el truco. Para moverlo hacia más o hacia menos en la bomba de la gasolinera nacional, hay una llavecita.
Esa llave se llama IEPS. Es el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios y se mueve alrededor del precio texano.
Antes de la reforma energética, mediante una fórmula, los automovilistas entregaban dinero al Estado cuando el precio de la gasolina texana bajaba y los consumidores recibían dinero a cambio, cuando allá se ponía cara.
En teoría, el gobierno pagaba la diferencia de una gasolina encarecida importada. Aunque saber con precisión cuánto le cuesta en realidad la gasolina a Pemex ya mezclada con la nacional, es cosa difícil.
Paso 3. El estable encarecimiento. Nadie se daba cuenta del vaivén porque el precio en México permanece en una ascendencia estable. O sea, siempre se encarece ajustando la formulita, aunque algunas raras veces se encarece menos que para los vecinos del norte.
¿Cuándo ocurrió esa rareza? Al arranque de 2008, por ejemplo, la gasolina en Estados Unidos se disparó por arriba del equivalente a 13 pesos por litro, cuando acá bordeaba los diez pesos.
Paso 4. Impuestos, impuestos. Ahora, la gasolina allá está barata por el desplome del precio del petróleo, insumo principal del combustible.
Pemex entró al mercado texano con la primera de cinco gasolineras y tuvo que vender al precio que le compran sus clientes locales: siete pesos por litro. Si la vende más cara, nadie entraría a su gasolinera.
¿Y acá? Acá está más cara que hace un año. A 13.57 la Magna y 14.38 la Premium.
Va la razón clave: En Texas, según el Departamento de Energía, los consumidores pagan en promedio el equivalente a 1.70 pesos de impuestos por litro: http://1.usa.gov/21CHGg0. En México, según Sener, pagamos por impuestos 5.40 pesos por litro de Magna: http://bit.ly/1MvQkES.
Paso 5. El futuro. Con las nuevas reglas de la reforma energética, el gobierno sabrá exactamente cuánto le tocará de IEPS cada año, pues fijó una base. Y si el precio varía en Houston, el problema será de Pemex o de cualquier otro productor o comerciante que venga a ofrecer gasolina, que podrá poner el precio que quiera, dentro de un rango autorizado por el gobierno.
El automovilista sí podría pagar un poco menos el año que entra por la gasolina. Pero no es seguro y con las reglas actuales es prácticamente imposible que el año entrante la gasolina en México caiga a siete pesos por litro.
Fuente: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/por-que-pemex-vende-a-pesos-su-gasolina-en-eu.html