Las técnicas de venta son muy seguras y hacen que las personas compren de manera fácil, sin oponer resistencia.
A continuación, están los tres trucos de venta que te hacen comprar más.
1. Menciona la idea como un hecho
Es real, cuando le haces ver al consumidor el precio final de lo que vendes, lo cual, ya incluye las promociones, crea una idea directa o una imagen rápida de cómo, ya casi, son las cosas. El hecho es que tiene que ser fácil y nada rebuscado.
Por ejemplo, si un producto cuesta 100 pesos, y le dices que con 10 pesos más se lleva otra cosa. Rápido haces la suma de que el total son 110, las personas no lo piensan mucho, y al final el razonamiento es que 10 pesos no son gran cosa para su bolsillo. En este sentido, el concepto de implantar una idea como en la película Inception, no está muy alejado de la realidad.
2. No dar opciones
Esto va muy ligado al anterior, pero la realidad es que cuando nos dan opciones, pensamos más las cosas. Si abres más puertas le das más salidas al cliente en cuestión. En estos casos, lo mejor es apostar por una cosa. Es más certero y práctico.
Para las ventas por teléfono funciona muy bien, pues debemos tomar en cuenta que las personas están en algo más y no tienen toda nuestra atención. El camino más fácil para obtener un ‘Sí’ es hacerlo lo menos complicado posible.
3. Hay momentos adecuados
El momento y el lugar adecuados son de mucha importancia para concretar una venta. Si bien, dependemos de la disposición de las personas a escuchar, hay determinadas horas del día en que las personas están dispuestas a comprar.
Sólo es cuestión de contactar a los clientes en las horas en las que están desocupados, o en esos lugares donde tienen tiempos muertos. Pocos concretarán una venta si el consumidor contesta mientras maneja su auto, o sí está en una junta.
Existen unas cuantas palabras clave que ayudan a abrir la conversación con los compradores. Pero uno de los grandes consejos que te dicen cuando te dedicas a vender por teléfono, es que, por tonto que parezca, tienes que sonreír mientras hablas aunque no te vea la otra persona. La cuestión aquí radica en que, la sonrisa se transmite a través del tono de voz y los clientes al otro lado de la línea son capaces de notarlo y ser más receptivos.