Dinero en Imagen reporta que generar un buen historial crediticio puede hacer la diferencia entre ser sujeto de préstamos o no, pero en definitiva no es lo único que cuenta para que el otorgante te dé el sí.
Wolfgang Erhardt Varela, vocero nacional de la Sociedad de Información Crediticia Buró de Crédito, describe al historial de crédito como tu carta de presentación frente a un otorgante, y es que será esta forma en la que conozca un poco de ti y cómo eres como pagador.
Debes recordar que todas las personas que han solicitado un crédito en el sector formal están en el Buró de Crédito, es decir, estar en él por sí mismo no es malo, al contario en algunas ocasiones no contar con un historial crediticio en él puede reducir las posibilidades de conseguir financiamiento.
Si bien la mayoría de las veces se guían por tu historia como pagador, es decir, que seas puntual y no tengas ningún adeudo sin pagar, también es cierto que hay otras razones por las que una institución financiera rechaza una solicitud.
Otros factores
Al llenar una solicitud de crédito bancario, hipotecario o en una tienda departamental te preguntan cuáles son los ingresos, si tienes dependientes económicos, si rentas una casa, entre otros datos.
Ello tiene una razón y es que de esta manera conocerán qué tan comprometidos están tus ingresos, cuántos compromisos tienes por pagar y si al final de ello tienes capacidad para adquirir una nueva deuda.
Y es que otro de los fines de revisar el historial, además de conocerte como persona y como pagador, es evitar que te sobreendeudes, porque entonces el otorgante sabe que no podrás cumplir con ese compromiso.
Razón por la que debes tener mucho cuidado con esas ofertas en las cuales te dicen que no revisarán tu historial y aún así te prestan, sin duda es un riesgo para ti y para quien te está prestando, si no sabe cuánto debes, cómo podrá saber si aún tienes capacidad para pagar este nuevo crédito, como puedes ver todo tiene su razón de ser.
Como su nombre lo indica en un historial crediticio se ve cómo ha sido tu comportamiento como deudor, pero también pueden revisar cómo será.
Lo logran a través de Mi Score que es un número que se ilustra con un velocímetro que va de los 400 puntos hasta 850 puntos, mientras más altos sean los puntos más probabilidades habrá de que te otorguen el crédito.
El score es una mezcla de elementos que se toman en cuenta para definir el número, por ejemplo, qué tan a tiempo paga el solicitante; el nivel de endeudamiento, los montos que se pagan en las tarjetas de crédito y el número de consultas que se registran en el historial.
Cada institución financiera tienen sus propios criterios para aceptar o rechazar los créditos, en algunas ocasiones prefieren que los clientes sean más jóvenes, también depende de qué tipo de créditos se están solicitando; tal vez a una persona de edad avanzada no le prestarían un crédito a muy largo plazo.
Como te podrás dar cuenta aunque no tengas atrasos en los pagos a tus deudas y aunque sea pagues el mínimo, no es seguro que se te autorice el crédito, la mayoría de las ocasiones las instituciones o entidades financieras prefieren tener la mayor certeza posible de que les pagarás.
¿Cómo mejorarlo?
1.- Paga a tiempo cada crédito que tengas activo, ya que un retraso o dejar de pagarlo se refleja en el historial lo que perjudica tu puntuación en la institución de información crediticia.
2.- Si llegas a retrasarte en alguno de tus compromisos haz todo lo posible por ponerte al corriente y trata de continuar pagando a tiempo. De no hacerlo tu salida del Buró de Crédito llevará más tiempo, lo que complicará la obtención de un nuevo crédito.
3.- Si tienes problemas para pagar ponte en contacto con el otorgante, tal vez encuentren un plan para resolverlo. Algunos te pueden ofrecer un esquema de pagos que te permita modificar tu plan de pagos para no afectar tu historial.
4.- Mantén bajo control el monto de deuda en tus créditos. Considera siempre tu capacidad de endeudamiento, con base en los ingresos que percibes y compromisos de pago adicionales, como por ejemplo pago de colegiaturas, renta, luz, otros gastos que tienes de forma recurrente. No adquieras créditos que no necesitas, un número mayor de préstamos podría ponerte en riesgo de perder el control de tus deudas en cada uno de ellos.