Apro informa que Germán Martínez, ex presidente del Partido Acción Nacional (PAN), aconsejó a Gustavo Madero romper con la organización secreta de ultraderecha El Yunque, porque es una “servidumbre fanática” que “atenta contra la democracia”.
“El Yunque está bastante debilitado. Perdieron poder e influencia. Es el momento para que Gustavo Madero pinte una raya definitiva con ellos, y el PAN deseche esa servidumbre fanática. El Yunque busca adormecer las virtudes cívicas y no confía en la libertad”.
En su artículo de los martes en el diario “Reforma”, el presidente del PAN en el sexenio de Felipe Calderón y ahora aliado de Madero, hace una disección de la ideología, métodos y prácticas de El Yunque, cuya existencia e influencia en ese partido se la confirmó el ex secretario de Gobernación Carlos Abascal.
“Pocos días antes de morir Carlos Abascal Carranza me aseguró: ‘no pertenezco al yunque, pero tengo ascendencia en él…’. Estoy seguro que el católico fiel y secretario de Gobernación de Vicente Fox no me engañó con su afirmación; primero, porque la mentira no era su divisa y, segundo, porque al mismo tiempo me reveló, con absoluta claridad, lo que al interior del PAN se comentaba entre murmuraciones: ese grupo extremista y ultraderechista sí existe. La pregunta hoy es: ¿el yunque tiene candidatos?, ¿jugará electoralmente en las próximas elecciones?, ¿todavía tiene influencia?, ¿pesa?, ¿ya es un simple testimonio?”
Sobre lo que le contó Abascal sobre El Yunque, Martínez detalla:
“Un día le pregunté expresamente por El Yunque. Sin sorprenderle mi curiosidad, imperturbable, extremadamente delgado y postrado en un sillón desde donde se veía el jardín de su casa, apenas interrumpido por algunos espasmos en el pecho, justificó y amparó a los grupos que al interior del PAN abanderan convicciones religiosas; pero al mismo tiempo condenó la violencia, incluso la verbal, fomentada por los radicalismos. Y aceptó, lo recuerdo puntualmente, que los dogmas pueden engendrar totalitarismos.”
Martínez, quien como dirigente nacional del PAN llamó a “guanajuatizar “México”, reflexiona:
“Quizá el problema del yunque no es qué piensa, sino cómo quiere imponer ese pensamiento. Las objeciones pueden ser al fondo de una idea del yunque, pero sobre todo, lo condenable es la manera como ese grupo intenta hacer valer su credo. Su método ataca el corazón de una de las cualidades del sistema democrático: la deliberación pública de las razones políticas. Argumentar no es ni será su signo, ellos saben acatar y someter”.