Excélsior informa que un extraño comportamiento animal ha puesto a prueba a los científicos: focas teniendo sexo con pingüinos.
En al menos cuatro ocasiones, estos casos han sido documentados y han generado múltiples preguntas entre los expertos.
En tres de los incidentes, las focas dejaron ir a los pingüinos, mientras que en un episodio la foca mató al ave y luego la devoró.
Aunque este comportamiento fue captado por primera vez en 2006, en una isla remota de Sudáfrica, los casos recientes sugieren que se ha estado propagado.
Honestamente, no esperaba que se repitieran avistamientos de esta naturaleza desde aquel que sucedió en 2006, y ciertamente se han repetido en múltiples ocasiones”, comentó Nico de Bruyn, del Instituto de Investigación de Animales Mamíferos de la Universidad de Pretoria, en Sudáfrica, a la cadena británica BBC.
En los cuatro inusuales encuentros sexuales registrados, las focas persiguen, capturan y montan a los pingüinos rey durante varias ocasiones.
El promedio de cópula es de cinco minutos y todos los ejemplares de focas han sido machos, mientras que el género de los pingüinos no ha podido ser verificado.
Los científicos creen que podría tratarse de un comportamiento aprendido por parte de las focas, pero se trata de una conjetura.
Las nuevas observaciones sugieren que se está convirtiendo en un comportamiento aprendido, de ahí que hayan aumentado. Si machos jóvenes ven a otros forzando pinguinos, ellos también lo intentan. Desconocemos qué tipo de beneficio reciben a cambio las focas, explicaron los investigadores.
Determinar la causa de este inusual comportamiento es casi imposible”, admitieron.
Otras hipótesis sugieren que las focas involucradas podrían ser sexualmente inexpertas, tener problemas para reconocer a las hembras, o simplemente se trata de un acto de agresión.
En varios de los casos las focas han logrado penetrar a las aves.
En 2006, el primer avistamiento ocurrió en la playa sudafricana de Trypot, y el caso más reciente sucedió en la Bahía de Goodhope y en la playa Funk.
Se trata de los únicos casos conocidos entre pinípedos -el grupo que incluye a las focas, lobos y leones marinos- intentando copular con un animal de una clase biológica diferente, en este caso, un mamífero tratando de tener sexo con un ave.