El Economista destaca que para muchas familias el verano es una época donde el gasto suele incrementarse de manera muy significativa. En primer lugar por las vacaciones que, dependiendo del destino, se pueden comer una muy buena parte de nuestro ingreso.

Sin embargo, también viene el regreso a clases, el cual involucra todavía un gasto adicional que, dependiendo de la cantidad de hijos que tengamos y la escuela a donde van, también puede significar una cantidad muy elevada.

Ya hemos mencionado antes en esta columna que los dos son gastos que se pueden planear. Sabemos que vienen todos los años. Y, sin embargo, muy pocas personas separan una parte de su presupuesto mensual para este tipo de desembolsos que, aunque son regulares (cada año), no tienen la frecuencia de todos los demás gastos.

De la misma forma, aunque muchas escuelas entregan las listas de útiles con tiempo suficiente, demasiadas personas lo dejan para el final, cuando por la demanda los precios de los libros, uniformes y útiles escolares ya se ha incrementado de manera importante.

Como esta fecha ya está encima, a continuación daremos algunos consejos para enfrentarla de la mejor manera posible:

Recicla lo que puedas

No cabe duda de que reciclar está de moda. En cuestión de uniformes, muchas veces a los hijos les sigue quedando bien el de alguno de sus hermanos mayores, por ejemplo, por lo que quizá no tengas que comprar todos de nueva cuenta.

Un viejo consejo de mi mamá: siempre cómprales una talla un poco más grande y ajústalos (no se requiere ser un maestro en costura, simplemente saber usar un hilo y aguja o una máquina de coser). De esta forma, si crecen un poco, podrás nuevamente adaptar la ropa a su tamaño.

En cuestión de libros, muchas familias venden los libros usados (especialmente los de literatura, o que no llevan sección de ejercicios) en buen estado. Comprarlos de esta manera puede representar un ahorro muy importante.

En cuanto a los útiles, muchas veces están en buen estado y los pueden seguir usando. A veces usan menos de una quinta parte de sus cuadernos: quita las hojas que sí utilizaron y fórralo para el nuevo año escolar.

Compara marcas y precios

Para aquello que sí tengas que comprar de nuevo, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) aconseja comparar marcas y también precios, ya que por varias razones hay diferencias muy significativas. Un cuaderno que tiene una imagen de moda, por ejemplo, suele costar incluso el doble que uno sencillo y que sirve para lo mismo. Además, muchas escuelas piden forrarlos de cierto color, por lo cual toma en cuenta que la imagen que tu hijo desea que esté al frente quizá no se verá al final.

En cuanto a precios, también podrás encontrar diferencias muy grandes entre distintas tiendas, pero no necesitas ir a muchas para comparar, ya que puedes hacerlo desde la comodidad de tu hogar.

Recuerda que la Profeco tiene un programa llamado Quién es Quién en los Precios, que puedes consultar en su página de Internet o en sus aplicaciones móviles, y que tiene datos de los precios de más de 400 artículos escolares entre libros de texto, uniformes y útiles escolares en 54 ciudades a lo largo de la República Mexicana. Eso te permitirá encontrar una opción adecuada cerca de ti.

Si estás apretado de dinero, es importante tomar conciencia. No compres más de lo que viene en la lista de útiles, aunque haya cosas que están de oferta. Los comercios son muy inteligentes y saben cómo llamar tu atención e invitarte a gastar más de lo que tienes planeado. Así que lleva esa lista, crúzala y haz el compromiso contigo mismo.

También indícale a tus hijos que no te pidan nada más. Es una oportunidad de educarlos en un consumo responsable: que sepan que hay listas y presupuestos, y que su responsabilidad como padres es seguirlas (y que ellos también podrán hacerlo cuando crezcan).

Que no te vuelva a pasar

Siempre he dicho que uno debe aprender de las experiencias. Si en este regreso a clases nuestro presupuesto se vio comprometido o tuvimos que recurrir a deuda, aprendamos de ello.

Hagamos el compromiso de que el siguiente año no nos volverá a pasar. Y ya que nos dimos cuenta de cuánto nos hemos gastado, dividamos esa cantidad entre 12, redondeemos el resultado un poco hacia arriba (para tomar en cuenta posible inflación) y ahorremos ese monto cada mes para que el siguiente año el regreso a clases no nos tome por sorpresa.

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