Dinero en Imagen reporta que erá durante la segunda mitad del año cuando la banca comercial se incorpore al Registro Único de Vivienda (RUV), con lo que se tendría más certidumbre sobre la evolución de la industria y se abriría más la llave del financiamiento a las compañías que componen el sector.
Para Ricardo García Conde, director ejecutivo de crédito hipotecario en Banamex, ello ayudaría a disminuir la tasa de interés de créditos a los desarrolladores, toda vez que la banca tendrá mejor visión del comportamiento y expectativas en el sector.
“La incorporación de la banca al RUV va a dar mucha mayor certidumbre a los otorgantes de crédito puente, respecto a la oferta de vivienda de cada desarrollador y la absorción de las mismas, es decir que sean aceptadas por el mercado porque finalmente la venta de esas casas representa que el constructor pueda cumplir con sus compromisos de pago crediticio”.
Experiencia
Dijo que el Instituto Nacional del Fondo de Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) tiene experiencia probada en el funcionamiento y utilidad del RUV, herramienta que además de generar certidumbre, permitiría a la banca tener un portafolio de crédito hacia esta industria más robusto.
Detalló que al tener la banca más información del sector, en cuanto a la producción y absorción de la vivienda, los desarrolladores podrán acceder a más crédito y en mejores condiciones de financiamiento, es decir, que podrían bajar las tasas de fondeo.
Esta medida, favorecería sobre todo a aquellas compañías pequeñas y medianas del sector que no habían tenido acceso al crédito bancario.
Asimismo, con un RUV más completo, todos los jugadores del mercado hipotecario, desde bancos, Infonavit, Fovissste o la propia banca de desarrollo, podrán anticipar y frenar una sobreoferta de vivienda en algunas entidades del país, lo que ayudará a frenar otra crisis en el sector, como la registrada en 2013.
“A todos los jugadores hipotecarios nos va a permitir dimensionar la oferta y demanda de vivienda e identificar de una manera temprana la posibilidad de que se esté sobre ofertando cierto producto en alguna zona del país, con consecuencias que siempre acaban siendo malas para el mercado”.
En este sentido, detalló que en la medida que la vivienda que se construya esté aparejada con el crecimiento de las ciudades y de la oferta laboral, “en esa medida esa unidad habitacional podrá ser comprada, tendrá uso y plusvalía y en el paso del tiempo representará una buena inversión para quien la compra, quien la vende y quien la financia”.