Una denuncia preocupante llegó hace poco al buzón de quejas del gobierno de Puebla (quejasydenuncias@puebla.gob.mx).
Y es que se pone en evidencia lo que realmente sucede en el Juzgado Décimo de lo Civil, a cargo de Sandra Lucía Perea Iturriaga.
Acompañada de una serie de fotos bastante reveladoras, se señala que no conforme con llegar a “impartir justicia” a las 11 de la mañana, mover injustamente a su personal, meter a trabajar a sus familiares al poder Judicial y mostrar un comportamiento déspota, Perea Iturriaga realiza fiestas privadas dentro de las instalaciones del Juzgado, fiestas en las que el consumo de alcohol es una constante.
De acuerdo con la queja, no es la primera vez que esta situación se denuncia; sin embargo, hasta hoy el presidente del Tribunal Superior de Justicia, David López Muñoz, ha hecho caso omiso, pues no se atreve a sancionar lo que a todas luces representa una conducta irregular.
¿La razón? Sandra Lucía Perea Iturriaga es esposa de Alfredo Mendoza García, el magistrado que los enterados ubican como el verdadero poder tras el trono en el TSJ de Puebla.
El mismo que tiene a su hijo Roberto Mendoza Salmorán como secretario de estudio y cuenta de la Cuarta Sala de lo Civil, a su cuñada Brenda Ivonne Perea Iturriaga como secretaria de estudio y cuenta del Juzgado Segundo de lo Familiar y hasta a su suegra María de la Luz Iturriaga Trejo como mecanógrafa del Juzgado Tercero.
Las fotos –que obran en poder de Puebla On Line y en las que la juez décimo de lo civil aparece vestida de color rojo o con pelo negro ensortijado y coleta- son concluyentes.
Y es que dejan en claro, por lo menos, el nivel de relajación que se vive, desde hace meses, en ciertas oficinas del TSJ donde lo más importante no es agilizar las sentencias, sino brindar a la menor ocurrencia.
Según la Ley Orgánica del poder Judicial, está total y estrictamente prohibido el ingreso y la ingesta de bebidas embriagantes en los juzgados, pero eso, es evidente, lo desconocen por completo Perea Iturriaga y los colaboradores suyos que, divertidos, animosos, suelen acompañarla en sus pachangas.
Una triste, penosa exhibición, sin duda, de lo podrido que están las entrañas de un poder Judicial como el de Puebla, que suele distinguirse sólo por el escándalo o por seguir siendo uno de los sistemas más caducos, corruptos e ineficientes del país, al ocupar los últimos lugares en calidad, autonomía, confianza y rapidez.
¿Alguna duda?