Los elementos siniestros de "Alicia en el país de las maravillas"

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 13-01-2019

El escritor y matemático argentino Guillermo Martínez, que acaba de ganar en España la edición 75 del Premio Nadal de novela, cree que el mundo ideal de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, tiene elementos “siniestros”, según explica en entrevista.

Martínez consiguió el galardón ayer en Barcelona con la obra Los crímenes de Alicia, trama policial inspirada en el mundo contado por Carroll (1832-1898) y que publicará Ediciones Destino el próximo 5 de febrero. La novela es una suerte de secuela de una anterior de Martínez, Los crímenes de Oxford, que fue llevada al cine por el director español Álex de la Iglesia.

Aunque Alicia en el país de las maravillas se haya convertido en un clásico de la literatura infantil, Martínez asegura que hay “elementos siniestros y oscuros” en el texto, si se lee con detenimiento. Y menciona, por ejemplo, el personaje del Sombrerero Loco. Como todos los de su oficio, enloquecía al inhalar el vapor de mercurio usado para la fabricación de estas prendas de cabeza.

La nueva novela está ambientada en 1994 y en la misma ciudad inglesa, y con muchos elementos en común con Los crímenes de Oxford. “Comparten ambientación, se repiten algunos personajes, incluida la dupla protagonista formada por el profesor Arthur Sheldom y el joven estudiante de matemáticas Guillermo”, agrega el escritor, aunque luego aclara que son “historias independientes”.

En la primera el eje narrativo eran las secuencias matemáticas, y esta vez el motor son los símbolos del clásico Alicia en el país de las maravillas. La historia se desarrolla en el marco de una ficticia Hermandad Lewis Carroll, a la que pertenece el propio Sheldom, que decide publicar los diarios del autor británico.

GERMEN LITERARIO

Martínez explica que el origen de la novela fue un prólogo escrito para un libro sobre Carroll, Lógica sin pena, para el cual tuvo que investigar sobre su vida. Encontró el detalle de que dejó unos diarios íntimos que estuvieron bajo custodia familiar durante más de 30 años y sólo su sobrino pudo leer en su totalidad.Se perdieron cuatro cuadernos con páginas arrancadas. Otro detonante real, según Martínez, fue que en 1994, el año en que se ambienta la novela, “apareció un papel que da información sobre el contenido de esas páginas arrancadas, que sugiere preguntas como qué secreto querían preservar, por qué las habían arrancado o qué decían sobre la vida de Carroll”.

En la novela, resume el autor, aparece “una doble intriga”, la policial para averiguar el origen de los asesinatos y la literaria, relacionada con los cuadernos. La dupla protagonista discute de lógica, de filosofía y de las facetas de la vida de Carroll, en una estrategia que podría recordar, según el propio autor, al Jorge Luis Borges de La muerte y la brújula o al Umberto Eco de El nombre de la rosa.

La Hermandad de la novela se inspira en la Sociedad Lewis Carroll, que existe y que publicó sus diarios completos. “A partir de esta base real, imagino a estos personajes, y en la novela se discuten varias teorías y controversias sobre la vida de Carroll”.

Y las discusiones que entablaban los personajes en Los crímenes de Oxford se mantienen en Los crímenes de Alicia.  “Es como si hubiera encontrado otra manera de contar algunos dilemas que había en la primera, que yo mismo no conocía”, dice el autor.

La novela ganadora del premio Nadal transcurre al año siguiente de Los crímenes de Oxford, aunque entre un libro y otro hayan pasado quince años para el autor.

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