/**/
Lunes, 24 Septiembre 2018 20:02

Los secretos mejor guardados de Mickey Mouse

Por  Staff Puebla On Line

Nacido en los albores del crack del 29, Mickey Mouse cumple 90 años convertido en el dibujo animado más conocido del mundo. Por eso hay que adentrarse en los archivos donde Disney custodia millones de documentos originales vedados al público.

Otoño de 1929. Walt Disney acaba de llegar a Nueva York para reunirse con su entonces distribuidor, Pat Powers. Mientras espera en el hall de su hotel percibe que un hombre merodea a su alrededor sin atreverse a hablar con él. Finalmente lo hace. Representa a una empresa de productos de escritorio y quiere utilizar la imagen de ese personaje suyo recién nacido, Mickey Mouse, para decorar las tabletas de madera que utilizan los escolares estadounidenses para colocar los folios. Es una idea de locos para la época. Pero Disney, un precoz productor de 27 años, acepta. En ese momento cambia su vida y la historia: la forma de promocionar las creaciones de la industria del entretenimiento se transforma para siempre. Él, en cambio, nunca le dio importancia. Cuando ya había atesorado 26 Oscar y era la cara visible de todo un imperio, despachó el tema de la siguiente manera: "Como de costumbre, mi hermano Roy y yo necesitábamos dinero, así que cogí sin dudar los 300 dólares que nos ofrecían".

La anécdota la cuenta Elizabeth Libby Spatz, archivista y bibliotecaria del Archivo de Productos de Consumo de Disney en Burbank, California, donde también dirige el Centro de Recursos Creativos. Se trata de dos lugares que, como el resto de los que aparecerán en este reportaje, están vetados para el público. The Walt Disney Company ha hecho la excepción con Fuera de Serie con motivo del 90 aniversario de Mickey Mouse, nacido para el público el 18 de noviembre de 1928. "Fue una figura surgida en paralelo al crack del 29. A mucha gente le costaba grandes esfuerzos conseguir dinero para la leche de sus hijos, pero hacían todo lo posible para poder regalarles algún producto de Mickey. En poco tiempo, el personaje se convirtió en un icono global como ningún otro, un ser inspirador, un héroe para millones de personas", explica Spatz, quien tras una década en el Museo Getty de Los Ángeles, no dudó un segundo cuando recibió la llamada de Disney.

PRIMERO MUÑECO

Ahora, armada con unos guantes blancos idénticos a los del ratón salvo por el detalle de tener cinco dedos en vez de cuatro, muestra la selección de productos que ha escogido entre las 100.000 piezas que custodia. "Esta es una de mis piezas favoritas", dice mientras sostiene cuidadosamente un muñeco de Mickey Mouse hecho a mano por Charlotte Clark (nacida Carolyn Geis). "Clark era una costurera emprendedora que en enero de 1930 le pidió a su sobrino de 16 años, Bob Clampett, que le dibujara unos bocetos para poder hacer un muñeco de peluche basado en Mickey Mouse. Clampett, que tenía una gran vocación artística [acabó siendo un pionero en la animación como director de dibujos animados de Warner Bros.], se fue con un bloc de dibujo al Alexander Theater y volvió con los bocetos que dieron lugar al primer muñeco, cosido a mano por Clark. Al ver el resultado, el padre de Clampett condujo hasta el estudio y se lo enseñó a los hermanos Roy y Walt Disney, quienes se enamoraron del prototipo. No sólo le dieron permiso para comenzar la producción, sino que lo establecieron como el estándar a partir del cual se crearían el resto de productos", detalla.

La anécdota explica a la perfección por qué muchos historiadores consideran que el Disney creador y el vendedor no pueden separarse. Las primeras unidades fueron utilizadas para fotos promocionales y regaladas posteriormente a los visitantes del estudio y los amigos de la familia. Pero en cuanto aparecieron en las tiendas de Los Ángeles se desató la locura. La demanda fue gigantesca, Clark tuvo que diseñar unos patrones de costura para que los clientes interesados pudieran fabricar su propio juguete.

No fue suficiente. En noviembre de 1930 la costurera ya comandaba un grupo de seis trabajadoras que se afanaban en un edificio alquilado por los hermanos Disney en Hyperion Avenue, cerca del estudio. Lo llamaban Doll House y producía entre 300 y 400 muñecas a la semana. En 1931, Clark añadió a su producción una muñeca de Minnie. Y tras un año buscando al fabricante adecuado para respetar el diseño, en 1932, McCall Printed Pattern No. 91 comenzó a producir los muñecos en tres tamaños: pequeños (21 cm), medianos (34 cm) y grandes (45 cm). Costaban de media 35 centavos.

En la actualidad, es imposible adquirir uno si no se posee entre 20.000 y 50.000 euros. Y depende del modelo: en septiembre de 2007, la casa de subastas Hake's Americana & Collectibles vendió una pareja de Mickey y Minnie Mouse hecha por Clark a un tamaño superior al habitual por 151.534 dólares (131.077 euros). Al finalizar los años 30, el personaje estaba licenciado para la venta de sillas plegables, colgadores de corbata, juegos de mesa, luces de navidad, teléfonos, regaderas, trapecios, expositores de pañuelos, bocinas y radios art déco.

Junto a los muñecos de Clark, los objetos más cotizados eran -y siguen siendo- la dresina de hojalata de Lionel Corporation con Mickey y Minney a cada uno de los lados y el reloj de pulsera de Ingersoll-Waterbury Co, productos ambos capaces de salvar a las dos compañías de la quiebra. El juguetito ferroviario salió a la venta en la Navidad de 1934 a un dólar y vendió 253.000 unidades en apenas cuatro meses. El reloj obligó a Ingersoll-Waterbury a ampliar la plantilla de 300 a 3.000 empleados en 1933. Su precio era elevado, 2,98 dólares, pero aun así vendió 2,5 millones de unidades en dos años. En un día, la cadena de grandes almacenes Macy's vendió 11.000 durante una promoción especial.

La obstinación de Disney con el merchandising respondía a dos temores: quedarse sin dinero para financiar sus carísimas producciones y perder la propiedad del personaje. "Mickey Mouse nació fruto de una pérdida: la del copyright de Oswald, el Conejo de la Suerte, creación de Disney que acabó quedándose Universal", afirma Fox Carney, gerente de la Biblioteca de Investigación de Animación, algo así como el Pentágono de Walt Disney. Igual que si de un maestro de ceremonias se tratara, Carney recorre una mesa negra de 20 metros cuadrados en los que la historia de Mickey Mouse es narrada por material original, piezas que a día de hoy poseen un valor incalculable pero que en su momento acababan en la basura de casi todos los estudios. No en el de Disney, obsesionado por conservar cada papel de su propiedad.

Noventa años después, tal manía ha propiciado que en las 11 cámaras de seguridad climatizadas de este edificio que busca pasar desapercibido en las afueras de Burbank, en el condado de Los Ángeles, se custodien 100 millones de obras de arte de todo tipo: bocetos, animaciones, borradores, acuarelas, notas de producción... El cuidado es tal que en la mayor parte de las dependencias está prohibido utilizar bolígrafos. Si un periodista invitado desea tomar notas, debe utilizar un lápiz Dixon Ticonderogafacilitado por los trabajadores del centro.

Fuente: expansion.com

Servicios

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. PUEBLA PUEBLA