El Juzgado Segundo de lo Penal dictó 50 años de prisión a los dos sujetos que en 2012 asesinaron a un amigo, junto con su hermano y madre, en el interior de su vivienda en la colonia Azcárate.

De acuerdo al padre y viudo de las víctimas, la sentencia se dictó este viernes luego de cuatro años donde los abogados de los responsables buscaron a toda costa evitar la sanción máxima.

Edgar Vicente Abundio Zámano, de 26 años, originario de Oaxaca, y Eduardo Isaí Victoria San Juan, alias “El Pituche”, de 25, originario del Distrito Federal, decidieron el 2 de marzo de 2012, llegar a la casa del occiso y con el pretexto de jugar videojuegos quedarse en el interior de la vivienda para matarlo de un balazo en la cabeza, luego dirigirse a su hermano para darle el mismo fin.

Con la finalidad de no verse descubiertos, los dos cadáveres los arrojaron al interior de la cisterna de la casa. Fue minutos después cuando llegó la madre de familia a la casa, al preguntar por sus hijos, los amigos señalaron que habían salido, por lo que la mujer les dijo que iba a preparar comida para todos, siendo en ese momento cuando también fue asesinada.

Tras el crimen, los veinteañeros decidieron robar diversos objetos de valor para tratar de venderlos después y pagar unas deudas.

En aquella ocasión, esta fue la información vertida por la Procuraduría General de Justicia (PGJ) sobre el móvil de los hechos y la detención de los responsables: 

Resultado de una efectiva respuesta y agilidad en las tareas de investigación y rastreo por parte de la Policía Ministerial del estado, en menos de 24 horas la Procuraduría General de Justicia (PGJ) esclareció en su totalidad el triple homicidio ocurrido el pasado viernes en la colonia Azcárate.

A unas cuantas horas del crimen, agentes investigadores identificaron y detuvieron en la ciudad de Puebla a Edgar Vicente Abundio Zámano, de 22 años, originario de Oaxaca, y Eduardo Isaí Victoria San Juan, alias “El Pituche”, de 21, originario del Distrito Federal, como presuntos responsables.

Alrededor de las 19:00 horas del viernes, se realizó el levantamiento de los cadáveres de tres personas que fueron halladas sin vida en la cisterna que se encuentra dentro de su domicilio ubicado en calle 15 oriente número 1816 colonia Azcarate.

Se trató de María Antonieta Valencia Alquicires, de 55 años de edad, y sus hijos Carlos Javier y Marco Antonio Esparza Valencia, de 18 y 22 años, respectivamente, quienes presentan una lesión de arma de fuego en la región craneal.

De acuerdo con las primeras investigaciones, del interior de la casa fueron robados diversos artículos, aparatos electrónicos así como un vehículo tipo Stratus color rojo, modelo 2001, con placas de circulación TUN-17-08 del estado de Puebla.

Ante el hecho, de inmediato agentes investigadores del área de homicidios se avocaron al rastreo de información y datos en torno a diversas personas, incluyendo gente cercana a la familia, labor mediante la cual se obtuvieron  señas particulares y  retratos hablados de dos jóvenes que frecuentaban a la familia.

A través del procesamiento de información y los datos que se obtuvieron, la Policía Ministerial localizó y detuvo horas después a los presuntos homicidas en las inmediaciones de la colonia La Libertad.

Con los avances que hasta ahora se tienen respecto de los hechos, se establece como móvil de los homicidios el robo al interior del domicilio por parte de ambos jóvenes quienes conocen de cerca las actividades de las víctimas dado a que tenían un vínculo de amistad con Marco Antonio Esparza Valencia.

Se sabe que ambos se encontraban en la casa con Marco Antonio Esparza Valencia, cuando de momento sacaron las armas de fuego y privaron de la vida a éste y su hermano Carlos Javier. Más tarde llegó la mamá de los occisos y de inmediato la sometieron para privarla también de la vida.

Cabe subrayar que aunado a la captura de los agresores, la Policía Ministerial logró recuperar tanto el vehículo como diversos artículos entre los que hay pantallas de plasma, consolas de video juego y varios video juegos, además de relojes y diversas joyas. A decir de los detenidos todos los objetos iban a ser comercializados para obtener dinero y así poder pagar algunas deudas personales.

También fueron aseguradas las armas que presuntamente fueron utilizadas en los crímenes, siendo éstas un Revolver calibre 22 y una escuadra calibre 380.

Ambos fueron consignados a la autoridad judicial con la averiguación previa 25/2012/AEH, bajo cargos por homicidio calificado, robo de vehículo y robo.