Milenio informa que la contaminación del río Atoyac afecta a más de 2 millones 300 mil pobladores de 22 municipios de Puebla, por donde corre el caudal. Están acostumbrados a su fetidez y sobreviven a las enfermedades que provocan los desechos tóxicos que se arrojan de manera ilegal y descontrolada procedentes de las colonias, fábricas y empresas ubicadas en las cercanías del afluente.
Lo que más alarma a la población es la frecuencia con que las aguas del río se tiñen de colores por las noches y fines de semana, cuando no hay inspecciones de las autoridades a desagües y plantas de tratamiento.
El tema ha sido retomado para su investigación por organizaciones como Dale la Cara al Atoyac, que recientemente realizó un estudio con apoyo de técnicos ambientales para dimensionar la gravedad del problema.
Verónica Mastretta, consejera de la agrupación, informó que los residuos encontrados proceden principalmente de las empresas textiles de Puebla y Tlaxcala, donde nace el río, así como rastros, procesadoras de carnes y embutidos, de la industria de la construcción y del uso doméstico.
El río Atoyac es considerado uno de los afluentes más contaminados del país, y se calcula que diariamente se lanzan 146 toneladas de materia orgánica, 62.8 toneladas de sólidos suspendidos y 14 kilogramos de metales pesados a sus 400 kilómetros de longitud aproximadamente.
"Los viernes después de las tres de la tarde todos los indicadores de contaminación se van para arriba y los de oxígeno se desploman a cero. No solo es el agua negra de una ciudad, sino la adición de la industria que no está cumpliendo ante las descargas de un drenaje pluvial", dice a MILENIO Mastretta.
Cuando son mezclilleras, las tonalidades de azul pintan kilómetros del río y los pastizales de las orillas. En otros casos es rosa, verde o rojo, según la producción y el acabado de las telas.
Carlo Vital, uno de los especialistas que colaboró en la investigación de Dale la Cara al Atoyac, informa que "se detectó la presencia elevada de hidrocarburos y metales, tales como e zinc, aluminio y manganeso".
De acuerdo con datos de la delegación de la Comisión Nacional del Agua en Puebla, hay un registro de 400 permisos otorgados a particulares de industrias textil, mecánica, automotriz, química, cosmética y papelera, entre otras, para realizar descargas en el río, aunque se estima que la cantidad supera la cifra de 3 mil 500 plantas, de las que se ignora si cuentan con equipo de pretratamiento de aguas, es decir, si cumplen o no con los requisitos ambientales para su operación.
"En la cuenca del Atoyac vive poco más de 40 por ciento de la población del estado de Puebla, lo que eleva el temor social a enormes dimensiones", comenta Germán Sierra, director del organismo en la entidad.
Además, aseguró que "se han hecho rehabilitaciones en plantas de tratamiento de aguas residuales que estaban abandonadas y ahora están en funcionamiento".
Precisó que en 2011 se rehabilitaron 11 plantas de tratamiento, a diferencia de 2015, cuando no se destinaron recursos para el saneamiento de aguas, situación que se repetirá este año, aunque confió que en 2017 se pondrán en marcha nuevos proyectos con ese objetivo.
El subprocurador de inspección industrial de la Profepa, Arturo Rodríguez Avitia, consideró que la acción de las autoridades es limitada e insuficiente para mitigar el daño ambiental, y dio a conocer que por desechar de residuos peligrosos en el Atoyac, durante 2015 fueron clausuradas definitivamente cinco empresas en Puebla y Tlaxcala, y otras 22 de manera temporal.
Las sanciones impuestas por la Profepa el año pasado ascendieron a casi 5 millones de pesos y, en todos los casos se inició un procedimiento administrativo, además del ordenamiento inmediato de medidas correctivas para reducir la contaminación.
"Los nombres más conocidos de las empresas que han sido clausuradas son las textileras Providencia, Industrial Textil de Puebla, Danna México, Galia Textil y Hovomex, entre otras de diferentes giros".
Vecinos de las zonas populares de Puebla aseguran que sufren de constantes irritaciones de ojos y ardores de garganta, asociados a las condiciones del río. Al respecto, información de 2014 reveló que la contaminación del Atoyac provocó un incremento de enfermos de leucemia y de padecimientos renales.
La incapacidad de contención del problema también ha sido adjudicada a las autoridades de al menos 20 municipios de Puebla, dice Germán Sierra. "La mayor cantidad de las empresas no vierte sus desechos en zonas federales o en los afluentes del Atoyac. Las plantas están conectadas a los drenajes municipales o de los organismos operadores de los servicios del agua, y de ahí sus desechos hídricos son lanzados al río".
El director del organismo lamenta que "ahí la Ley de Aguas Nacionales no tiene competencia", la responsabilidad recae directamente con los presidentes municipales.
Clausuras
Por llevar a cabo descargas residuales fuera de la norma y por aprovechamientos irregulares a la cuenca del río Atoyac, en el transcurso de este año, la Comisión Nacional del Agua ha clausurado de manera temporal en la capital poblana a dos empresas textileras, y cuyos nombres son Indigo y La Heredera, reveló el delegado de la CNA, Germán Sierra Sánchez, quien relató que en 2015 fueron sancionadas 30 fábricas, mientras ocho más fueron clausuradas de manera temporal.
Explicó que esta serie de medidas, implica una sanción económica que va desde los mil 200 hasta los 20 mil días de salario mínimo y que representan un monto de 87 mil 648 pesos hasta el millón 460 mil 800 pesos.
En el contexto del Día Mundial del Agua a celebrarse el 16 de marzo, donde participarán en una serie de eventos la Canacintra, la UAP, la Semarnat y la propia Conagua, el funcionario federal dijo que seguirá la clausura, hasta que se normalice.
Anticipó que por reincidencia, la multa será doble y su hubiera una reiteración, se clausurará permanentemente la empresa y no únicamente del proceso productivo que contamina, aunque aclaró que en Puebla no se han registrado ninguno de los dos últimos casos.
Fuente: http://www.milenio.com/estados/