Tomando en cuenta que Alexandre Ajá es responsable de sangrientos y disparatados remakes (Despertar del diablo, Piraña 3D) y de comedias de terror que juegan con el absurdo, como Cuernos (2013), queda claro que el francés que alguna vez fue nominado a la Palma de Oro por su cortometraje Over the Rainbow (1997) se ha salvado de la quema gracias a la desfachatez y los excesos. Sin embargo, esta fórmula no podría ser suficiente para siempre y su nueva producción que, por cierto, antes iba a ser dirigida por Anthony Minghella (El paciente inglés) es prueba de ello.
Basada en la novela homónima de la escritora inglesa Liz Jensen, La resurrección de Louis Drax sigue los pasos de Allan Pascal (Jamie Dornan), un doctor decidido a descubrir lo que oculta la corta vida del niño titular, quien se encuentra en estado de coma luego de sufrir una serie de accidentes que culminaron cuando cayó en un barranco y fue dado por muerto durante su último cumpleaños. Dicha investigación se complicará con la desaparición del padre del pequeño en cuestión –señalado como el responsable del incidente–, y le llevará a poner en duda los límites entre la realidad y la fantasía.
La premisa, que utiliza una base policiaca con elementos sobrenaturales que deambulan entre el suspenso y la fantasía, sin duda es interesante y ofrece múltiples posibilidades –herencia por supuesto de la versión literaria–. Esto lamentablemente termina por convertirse en uno de sus principales problemas, pues el director plantea demasiadas líneas argumentales y sólo atina a desarrollarlas a medias, pues las pierde en una narrativa confusa y por momentos bastante predecible. De inicio, hay algunas atmósferas que funcionan. La mezcla enrarecida de inquietud y misterio está ahí, amén de que la propuesta visual es atractiva y sofisticada, sobre todo gracias al trabajo del belga Maxime Alexandre, pero estas no son más que piezas de un rompecabezas que nunca llega a completarse.
Fuente: http://www.cinepremiere.com.mx/la-resurreccion-de-louis-drax