Tarantino anuncia retiro del cine pero no le creen

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 04-11-2016

No es la primera vez que lo dice, pero ayer, en la San Diego’s Creativity Conference, el director Quentin Tarantino volvió a asegurar que se retirará del cine tras estrenar su décima película.

Hasta la fecha ha estrenado ocho (si Kill Bill se cuenta como una, como él lo hace). De momento no se sabe cuándo estrenará estas películas o de qué tratarán, aunque hay alguna pista: el director ha hablado de una película de gángsters en Australia y de una que se desarrolle en los setenta, pero no es la primera vez que el cineasta suelta públicamente ideas que nunca llegan a puerto.

Incluso, muchas personas del medio del cine no se creen la afirmación de Tarantino sobre su próximo retiro. Pero ¿qué pasaría si fuese cierto? ¿Quién ese este director que ha marcado la historia contemporánea del cine?

¡Acción!

Quentin Tarantino nació en Tennessee en 1963. Su padrastro (el matrimonio de sus padres no duró demasiado) siempre aupó su amor por el cine y entre sus primeros recuerdos cinematográficos están Deliverance o Carnal Knowledge.

Su segundo padrastro también era asiduo de las salas de cine y su hijastro adolescente siempre le acompañaba. Una cosa que Quentin disfrutaba menos era el colegio. De hecho dejó el bachillerato antes de graduarse y, sumando uno de los primeros puntos de su biografía que parecen sacados de una de sus películas, comenzó a trabajar en la taquilla de un cine porno.

Estudió actuación y entre sus fallidos intentos estuvo un grupo de imitadores de Elvis y un episodio de Golden Girls (de nuevo demasiado bueno para no ser verdad). Uno de sus trabajos más famosos (porque toda persona viviente sabe que lo tuvo) es el de dependiente en una tienda de videos. Allí este geek del cine se dedicaba a leer y ver películas todos los días, alimentando su curiosidad y sus ganas de aprender.

Ya para estos tiempos había escrito algún guión olvidado, pero se estrenó con Reservoir Dogs (1992). Su ópera prima mostraba, desde el principio, las obsesiones que marcarían su cinematografía: violencia, banalidad, diálogos brillantes (y casi siempre sin dirección) en tiempo real, delincuentes como protagonistas, ambigüedad moral, estructura dispersa, exquisitas bandas sonoras contemporáneas...

 

La película no tuvo mucho éxito de taquilla, pero marcó un estilo y estableció el comienzo de su discurso como autor. Luego llegó con True Romance (1993), dirigida por Tony Scott y basada en uno de sus guiones previos. Pero el verdadero momento en que Tarantino explotaría en la opinión pública, en que su nombre se haría sinónimo de cine y de cultura pop, llegó en 1994.

Royale with Cheese

Pulp Fiction apareció en el panorama cinematográfico de los noventa como un terremoto. No es que fuese la primera película en relatar varias historias al mismo tiempo o la primera en tener a criminales como los héroes a los que la audiencia admira, pero para las audiencias y los críticos fue una experiencia única.

Los personajes de Tarantino soltaban largas peroratas sobre nada que se convertirían instantáneamente en líneas clásicas del cine. De haber existido los gifs y los memes, o internet si vamos a ello, la web se habría vuelto loca con las palabras y las acciones de Vicent, Julius y compañía.

La película sobre gángsters que tienen un mal día tenía humor, soltura y inteligencia para regalar, era algo que nadie había visto, una Annie Hall de su tiempo. No es de extrañar que, siendo la Academia una de las instituciones más conservadoras de la industria, ese año Pulp Fiction optó a la Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor, Mejor Actriz Secundaria, Mejor Actor Secundario y Mejor Edición. Y ganó el Óscar a Mejor Guión.

 

Tarantino se convirtió rápidamente en un icono de la generación X. Una metralleta de referencias de cultura pop, fan vocal del cine asiático y de la serie B, una figura pública sin miedo a opinar, a veces de formas bastante escandalosas (por ejemplo, prefiere la versión de Psicosis que hizo Gus Van Sant, y afirma que North by Northwest es mediocre), Tarantino se convirtió en su propio personaje, además de "el niño de oro del cine de los noventa".

Como dice Bret Easton Ellis en una entrevista con el cineasta para The New York Times: “Las largas escenas centradas en diálogos, divagantes y dispersos, están casi siempre filmadas en tiempo real (hay dos ejemplos extraordinarios en Inglorious Basterds), libres de exposición y metidas dentro de las extrañas tramas bizantinas que Tarantino construye, que en nada se parecen a lo que podrían enseñar gurús del guión como Syd Field o Robert McKee; la idea de una película estructurada con tres actos y un incidente catalizador en la página 15, junto a personajes con motivaciones claras, para estúpido y falso en el mundo de Tarantino”. Esta afirmación se aplica a todo su cine, aunque sus enfoques y protagonistas puedan cambiar, aunque explore distintos géneros.

Otro común denominador en muchas de sus películas es el rescate de actores una vez famosos que han sido olvidados (y el regreso de actores que trabajan casi siempre con él, como es el caso de Samuel L. Jackson, a quien Pulp Fiction convirtió en un mito). Los casos son muchos: John Travolta, David Carradine, Pam Grier, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh...

Su siguiente aventura, luego de varios guiones como los de Four Rooms o From Dusk Till Dawn, fue Jackie Brown (1997). Otra historia sobre delincuentes, esta vez la estructura partida de la película jugaba con volver al inicio una y otra vez para llegar al punto final de confluencia de los personajes y rendía homenaje al blaxploitation de los setenta. Aunque luego se convertiría en una de sus películas más apreciadas, por su humor contenido y su enrevesada trama, tras su estreno tuvo poco éxito de taquilla.

The Bride

Pasaron varios años antes de que Tarantino volviese a las andadas, esta vez con un homenaje con todas las de la ley a su amado cine asiático. Kill Bill Vol. I (2003) y Kill Bill Vol. II (2004) se adentraban de lleno en el género de las artes marciales y el thriller de venganza.

Nunca dejando atrás los sellos narrativos del director, fue en estos momentos en que el discurso de los medios no sólo lo admiró sino que comenzó a criticar la violencia explícita de su cine. Tarantino siempre haciendo alarde de su carácter y su honestidad, respondió antes las críticas: "Claro, Kill Bill es una película violenta. Pero es una película de Tarantino. No vas a ver a Metallica y pides que le bajen al p*** volumen".

 

Tras el éxito de masas que fue Kill Bill, Tarantino hizo algunos experimentos: presidió el jurado de Cannes, interpretó a un villano en Alias y dirigió dos episodios de CSI: Las Vegas, por ejemplo. No ha tenido más contacto con la televisión, a pesar de ser ésta la era de oro.

No le convence, en la medida en que el tiempo transcurre su pasión por el majestuoso lenguaje cinematográfico aumenta y su interés por la televisión sigue siento inexistente.

En 2007, estrenó su parte de una dupla de películas, que elaboró junto a su amigo Robert Rodríguez. Death Proof, una especie de slasher film feminista, fue un fracaso de taquilla, aunque tuvo buenas críticas.

En 2009 llegó la que muchos considerarían su obra maestra hasta la fecha. Inglorious Basterds (Malditos bastardos) contaba la historia de un grupo de guerrilleros/paramilitares del ejército aliado dedicados a matar nazis. Además de escenas que pasaron a la historia del cine (el bar, el interrogatorio inicial), Tarantino decidió cambiar la historia y asesinar a Hitler. La controversia llegó, pero también el reconocimiento. Obtuvo siete nominaciones al Óscar, incluyendo Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión, y le ganó un Óscar a Christophe Waltz como Actor Secundario.

Su nueva aventura fue en el género de blaxploitation y sobre el capítulo más oscuro de la historia americana, la esclavitud. Django Unchained (2012) es también un homenaje a sus amados spaguetti westerns. Un southern, como lo bautizó. Fue también su película más exitosa en ganancias de taquilla.

 

El western se quedó con él y, en lo que es hasta hoy su último estreno, terminó por generar otra película: The Hateful Eight (2015). Otro experimento, en este caso con el formato, la película se ganó a casi toda la crítica sin discusión, pero al mismo tiempo generó algunas respuestas negativas por el trato del personaje femenino (aunque luego le ganó a Jennifer Jason Leigh una nominación al Óscar).

Puede que sean sólo ocho películas en una carrera de años, pero la calidad y originalidad de sus historias ha marcado cada momento en que una de ella ha llegado al cine. Muchos dudan de que Tarantino sea capaz de retirarse... ama demasiado el cine. Pero sí está claro que no quiere hacer filmes toda la vida, o así lo dejó claro en los noventa.

“Espero darles por lo menos 15 años más de películas. Pero no voy a ser este tipo que sigue produciendo cine en masa. Mi plan es tener un cine en un pueblo pequeño y ser el gerente... el tipo loco de las películas”.

Fuente: http://www.univision.com/estilo-de-vida/trending/

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